Hubo un tiempo en el que la Tierra era un lugar misterioso y mágico. La salida y la puesta del sol, el cambio de las estaciones, el trueno y la lluvia eran actos de una fuerza poderosa. Todo en torno al hombre evocaba el sentimiento de lo mágico. Nuestra conexión con la naturaleza era tan básica y tan conmovedora que a nadie se le ocurría ponerla en duda. Las personas se consideraban igual que los animales o las plantas.

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Dar las gracias por un nuevo Sol al amanecer, por una nueva Luz. Dar las gracias por la Luz de Luna Llena, por la ausencia de luz y el brillo de las Estrellas. Dar las gracias por los cambios de estaciones que nos regalan sabores, colores y aromas por estrenar. A la lluvia que nos a da la vida, al rayo,  sonidos de truenos. El oxígeno. Dar las gracias por cada nuevo nacimiento, dar las gracias a cada alma que se va de esta tierra por todo lo bueno que dejó en este mundo.

Tan fácil como sabemos pedir, reclamar o quejarnos es estar Agradecido.

Esta puede ser una de de las más bonitas formas de Dar Gracias:

SURYA NAMASKAR

(El Saludo al Sol)